Efharistó (ευχαριστώ en griego) significa gracias. Así he querido empezar esta entrada, dando las gracias a un país que nos ha acogido con los brazos abiertos y donde estoy seguro que volveré tarde o temprano, al menos para conocer todo aquello que nos ha faltado por visitar.
Como viene siendo ya una
costumbre estos últimos años, la primera semana de enero me gusta aprovecharla
para hacer algún viajecito. Esta vez el lugar iba a ser Grecia. La propuesta fue
de mi gran amiga Eva, antigua compañera de piso en Granada. Marga, amiga de Eva, se
uniría también al plan de recorrer el país cuna de nuestra
civilización.
Teatro de Dioniso
Obviamente en tan poco tiempo el
porcentaje de lo visitable sería muy efímero, por ello intentamos elegir lo más
representativo e imperdible del país heleno teniendo en cuenta que los días de ida y vuelta eran días perdidos, días de vuelos, escalas y poco
más. En el primer vuelo, hicimos escala de varias horas en Malta, así que
pudimos recorrer un poco sus calles, concretamente, las de La Valeta, capital
de Malta. La ciudad amurallada se construyó en el siglo XVI en una península
por la orden católica de los Caballeros de San Juan.
Es famosa por sus museos,
palacios e iglesias monumentales. Entre sus lugares de interés de estilo
barroco destaca la concatedral de San Juan, cuyo interior opulento alberga una
de las obras maestras de Caravaggio, La decapitación de San Juan
Bautista. En este diminuto país descubrimos que la lengua oficial es,
además del inglés, el maltés, un idioma que comparte raíces con el árabe.
El Partenón
Nuestra llegada al aeropuerto de
Atenas fue de noche. Cogimos un taxi para llegar a nuestro hotel (Apollo Hotel).
El taxista fue
muy simpático con nosotros. No hablaba nada de inglés, así que se comunicaba
con nosotros a través de su tablet con un traductor online. Desde ese momento nos
picó la curiosidad de aprender algunas palabras en griego. Las que recuerdo bien
son: kaliméra / Καλημέρα (buenos días), kalispéra / καλησπέρα (buenas tardes),
kalíninkta / καλίνιγκτα (buenas noches), efcharistó / ευχαριστώ (gracias) y parakaló / Παρακαλώ (de nada &
por favor).
El martes 2 de enero nos levantamos
temprano para aprovechar bien el día. La acrópolis nos estaba esperando a poco
más de dos kilómetros del hotel. Por fin iba a conocer este conjunto monumental
del siglo V a.C. que estudié en clases de Historia del Arte.
Gracias a la profesora Maite aprendimos a conocer artistas, épocas, lugares,
arquitecturas, pinturas y demás joyas del pasado. Aún recuerdo como nos
transmitía su entusiasmo por el arte a través de sus viejas diapositivas.
Solamente con la acrópolis y su Partenón o las columnas de las cariátides dedicó
más de 3 sesiones.
Columnas de las Cariátides
La Acrópolis de Atenas es un sitio arqueológico de gran importancia histórica y cultural. Fue construida
en el siglo V a.C. Es un símbolo emblemático de la civilización griega antigua
y la democracia. Alberga monumentos destacados como el Partenón, que representa
la excelencia arquitectónica y escultórica de la época. La Acrópolis también
sirve como testimonio de la influencia de la cultura griega en el desarrollo de
la arquitectura occidental. Su preservación y reconocimiento como Patrimonio Mundial
de la UNESCO acentúan su relevancia en la comprensión de la herencia cultural
global. Estando allí era inevitable cerrar los ojos y pensar que estabas por
momentos en otra época.
Evzones
El día siguiente hicimos un free
tour recorriendo Atenas de una manera distinta, explorando diversos lugares
significativos de la ciudad. Visitamos el Parlamento y la Plaza Sintagma, donde
experimentamos la vida urbana. También el Barrio Monastiraki, sumergiéndonos en
la historia y la cultura local. Nos maravillamos con el Templo de Zeus Olímpico
y el Ágora, conectando con la antigüedad griega. Este recorrido nos
proporcionó una visión completa de la rica herencia de Atenas y su papel
crucial en la historia. Además, pudimos ver el cambio de Guardia de Atenas (una
versión mediterránea del londinense). Al parecer, se viene realizando desde
hace años en la mítica Plaza Syntagma, donde se encuentra ubicado el Parlamento
Griego. La guía nos dijo que estos guardias eran llamados “choleas” pero parece
ser que el nombre real es “evzones”.
La noche fue muy divertida en el
restaurante Kotili. Además de disfrutar de una comida deliciosa pudimos
presenciar un concierto de música griega durante más de 3 horas acompañado de
bailarines. Estos mismos nos animaron a bailar con ellos y, por supuesto, lo
hicimos. Después de unas cuantas copas de vino tinto la vergüenza pasó de
largo.
El jueves 4 de enero fuimos a
recoger el coche que teníamos alquilado para el resto de los días por Grecia.
La compañía era AVIS y el coche, un Citroën DS3 Puretech Man. Era muy cómodo de
conducir y nos llevó a todos lados sin ningún tipo de problemas. Lo que no nos
cuadró fue la autonomía. El depósito eran 55 litros y no conseguíamos hacer más
de 600km. En estos momentos la gasolina estaba a 1,80€/L.
En primer lugar, fuimos a la
península del Peloponeso. La primera parada la hicimos en el canal de Corinto:
vía de agua artificial que une el golfo de Corinto con el mar Egeo por el istmo
de Corinto. Era impresionante pensar que fuera construido a finales del s.XIX
sin tener la maquinaria y avances en ingeniería que existen hoy en día. Este
canal evita el rodeo de 400km alrededor de la península del Peloponeso.
Canal de Corinto
La siguiente parada fue Micenas.
Aquí se encuentra uno de los yacimientos arqueológicos más importantes del país.
Cuenta con unos restos emblemáticos del pueblo micénico, como la célebre Puerta
de los Leones, el Tesoro de Atreo y la máscara de oro de Agamenón. Lo que más me
sorprendió fue el majestuoso Tesoro de Atreo, también conocido como Tumba de
Agamenón, emblema del arte funerario de Micenas. Fue construida sobre el s.XIII
a.C. Tiene la típica forma de “Tholos”, de cúpula.
El último lugar visitable del
jueves fue la ciudad de Nauplia, conocida por sus fuertes costeros. Aquí nos
dio tiempo a comer y a ver las vistas de la ciudad desde un castillo. Se nos hizo
tarde, así que tuvimos que ir de vuelta a Atenas.
El viernes desayunamos temprano
para ir a Delfos, lugar mitológico encaramado sobre una abrupta ladera del
monte Parnaso. Lo consideraban el centro del universo.
La parada obligatoria era
en el Oráculo de Delfos, uno de los más famosos de la antigüedad. Su origen
está envuelto en un halo de misterio y profecías. Después tocó el turno del recinto y museo
arqueológico. Más de 3 horas en total de impresionantes restos milenarios.
Después de comer fuimos directamente a la ciudad de Meteora, lugar situado al
noroeste del país. Teníamos reserva en una casita muy linda desde donde se podían
apreciar las majestuosas montañas rocosas. La cena la tuvimos en un restaurante
donde, al parecer, estaba permitido fumar. Fue como retroceder 10 o 15 años en
el tiempo. Obviamente, ropa y cuerpo quedaron impregnados de humo. Sin comentarios...
Oráculo de Delfos
La mañana del día de Reyes salimos bien
temprano hacia los monasterios. Creo que es, a día de hoy, uno de los lugares que más me han
impactado de todos los países que he podido conocer hasta ahora. Se dice que
los monasterios están suspendidos en el aire. Actualmente quedan seis y son todos cristianos ortodoxos. Patrimonio Mundial de la Humanidad, fueron construidos
sobre la cumbre de masas rocosas de piedra arenisca talladas por la erosión, a
una altura de 600 metros y están habitados desde el siglo XIV. Desgraciadamente, en
la 2ª Guerra Mundial, muchos monasterios sufrieron la ira alemana ya que la
resistencia griega se refugió en ellos durante la invasión y ocupación nazi.
En la actualidad se mantienen en
pie trece, pero sólo están ocupados y son visitables seis de ellos: Monasterio de
San Nicolás, de Roussanou, Varlaam, del Gran Meteoro, de la Santísima Trinidad
y de San Esteban.
La vuelta a Atenas fue casi 4
horas de coche. Creo que entre Meteora y Atenas pudimos haber pagado 7 u 8 diferentes
peajes. ¡Impresionante!
Meteora
La noche la pasamos en Apartaments
Tina, situado a menos de 10 kilómetros del aeropuerto. La misma madrugada del
día 7, el personal de este alojamiento nos llevó bien tempranito a la terminal
para coger nuestros vuelos de vuelta.
No quería terminar esta entrada
sin mencionar la deliciosa gastronomía griega. Seguramente nos faltaron decenas
de platos típicos griegos por probar, pero al menos pudimos saborear, al
parecer, los más típicos: tzaziki, spanakópita, musaka, souvlaki, gyros y baklava. Bebida típica: ouzo (anís griego).
20 días en Burundi. Soy un
afortunado de haber compartido este viaje con mi hermano Juanfra, compañero de
la facultad y amigo desde hace 20 años. El destino ha querido que desde hace
unos años compartamos muy buenos momentos, entre viajes y festivales de música.
¡Ahora tocaba un reto mayor!
Para mí es la tercera vez por
estas tierras. A pesar de ello, aún me sigue sorprendiendo experimentar lo que nuestros
ojos ven cada día. Juanfra alucinó con los paisajes y con el cariño de la gente.
El choque cultural es muy fuerte y quizás es eso lo que nos maravilla de estar
aquí.
Ambos formamos parte de la
Asociación Twenge. Irene, Andrés y Amidou son el resto del equipo. Este último
es el que da vida y continuidad a nuestro proyecto. Le di clases de español
allá por 2011 cuando fui lector en la Universidad de Ngozi. Ahora somos muy
buenos amigos.
Nuestro hermanito Amidou fue a
buscarnos al aeropuerto de Buyumbura. Nos dio mucha alegría volver a verlo. En
estos días hemos vuelto a Gatonde, nuestro querido pueblo batwa. Con muy
poquitos recursos, el año pasado pudimos llevar a cabo diferentes proyectos
como la creación de las tarjetas sanitarias o los baños comunitarios. Este año llegaron
otros como la fuente o el lavadero. Para acceder a esta zona de Gatonde hay que
bajar por un camino muy desnivelado y además cuando llega la temporada de lluvias,
es extremadamente peligroso por las posibles caídas o resbalones. Por ello,
otra de las novedades de este año fue transformar este acceso en una escalera
ecológica gracias a la superposición de neumáticos reciclados. El resultado ha
sido inmejorable.
Otros proyectos importantes que
hemos llevado a cabo este verano han sido la creación de un vivero (patata,
mandioca y berenjena) y la plantación de árboles frutales (maracuyá, tomate de
árbol y papaya) para abastecer a todo el poblado. Además, hemos vuelto a
repartir ropa para los más pequeños y hemos renovado las tarjetas sanitarias.
Durante una semana, Amidou no pudo
estar con nosotros, así que nos prestó su moto para que pudiéramos continuar yendo
al poblado de Gatonde. ¡Fue toda una aventura! Conducir un vehículo en Burundi
no tiene nada que ver con lo que acostumbramos a vivir en nuestro país. Allí
los códigos de circulación o las señales de tráfico brillan por su ausencia.
Digamos que los movimientos o incorporaciones a las calzadas se realizan según
la intuición, según la distancia o velocidad a la que se encuentra el vehículo
más próximo. En ausencia de Amidou, Francine fue nuestra compañera traductora para poder comunicarnos con nuestra familia batwa.
Estos viajes en moto provocaron a
Juanfra una pequeña infección en un ojo debido al polvo que se levantaba en el
camino. Por suerte, en el hospital pudieron tratarle el problema y a los pocos
días se le curó.
Quisimos incluir una pequeña
escapada a Ruanda en este viaje para que Juanfra conociera otro país. No estuvimos
ni 24 horas, pero mereció la pena. Pudimos ir al memorial del holocausto y
visitar los lugares más conocidos de Kigali. Amadou y Assia, amigos de Amidou, estuvieron
prácticamente todo el tiempo con nosotros. Dos ruandeses con un corazón enorme.
Hoy podemos decir que tenemos dos nuevos amigos, amigos de verdad.
La familia Twenge sigue
creciendo. Estamos muy orgullosos de todos los proyectos que estamos llevando a
cabo desde que nos configuramos como asociación. Es muy satisfactorio comprobar
que con muy poco se puede hacer mucho.
Volveremos y seguiremos luchando por encontrarnos
con un mundo un poquito más justo.
Dicen que donde fuiste feliz
alguna vez no debieras volver jamás, pero yo siempre trato de demostrar lo
contrario o al menos comprobar que no siempre los dichos populares llevan
razón. Parece que el destino quería que volviera a Burundi de una manera totalmente
diferente. En 2011-12 fui lector de español en la Universidad de Ngozi. Ahora
en 2022 viajaba con mis amigos Andrés e Irene para fundar nuestra
asociación Twenge (en kirundi significa sonreíd ) junto a
nuestro querido Amidou, hermanito burundés.
Salimos de Madrid el 30 de junio a las 18h y llegamos a Bujumbura el 1 de julio a las 13h. Hicimos la primera escala en Roma con Air Europa y la siguiente escala fue en Addis Abeba con Ethiopian Airlines. Tuvimos una última mini escala en Kigali pero sin salir del avión. El momento caótico fue la llegada al aeropuerto burundés Melchior Ndadaye. Por un lado tuvimos que hacer el pago de la visa y por otro lado el pago de la prueba Covid. Decenas de pasajeros se agolpaban en las dos únicas ventanillas que existían para realizar los trámites. Eso de hacer cola y esperar cada uno su turno no funcionaba aquí, así que tuvimos que armarnos de paciencia después de un buen puñado de horas de viaje para conseguir nuestros papeles.
La siguiente etapa de la aventura fue la búsqueda de las maletas. Entre los 3 llevábamos 6 maletas de unos 23 kilos cada una. Una de ellas la habían metido en otro vuelo y pudimos recuperarla al día siguiente. Por último, antes de poder salir del aeropuerto, tuvimos que hacernos la prueba Covid. Este tiempo que pasamos en el aeropuerto fue bastante tedioso, la verdad, menos mal que fuera nos esperaría Amidou con su familia y todo el cansancio burocrático se nos olvidaría de repente en cuanto nos reunimos con ellos.
Antes de poner rumbo a Ngozi, pasaríamos un día entero en Bujumbura para descansar. Nos encontramos con Soulé, un viejo amigo. Nos presentó a su linda familia y nos invitó a comer en su casa. Su mujer me curó una herida que tenía en el pie y Soulé me prestó unas sandalias para que le diera el aire a la herida. Parece como si el universo los hubiera puesto ahí a propósito. Les estaré siempre agradecidos por la ayuda.
La llegada a Ngozi fue muy emotiva para mí. Cientos de recuerdos se venían de nuevo a mi cabeza atravesando aquellas calles que pisé por última vez en 2012. Algunos lugares los había borrado completamente de mi cabeza, otros seguían iguales. La ciudad también presentaba nuevas calles asfaltadas y edificios que nunca había visto. El cambio más significativo lo encontré en la universidad donde di clases. Ahora el edificio era el doble de grande duplicando o triplicando el número de aulas. Además, ahora la universidad contaría con una pequeña cantina para tomar los desayunos e incluso la merienda, esta cantina fue idea de Amidou, ¡un hombre visionario!
Amidou nos abrió las puertas de su casa al equipo Twenge. Se situaba a pocos kilómetros de Gatonde, la aldea donde llevaríamos a cabo nuestros diferentes proyectos con nuestra asociación. Twenge nace a raíz del contacto estrecho y permanente con las comunidades con las
que trabaja. Persigue una cooperación responsable en la que los beneficiarios
de los proyectos sean los que nos trasladen sus necesidades más urgentes. De
este modo, ellos mismos son los que tienen el papel principal en la forma en
que llevan a cabo las acciones y en su significado, dotando de un especial
protagonismo a las mujeres participantes.
Hemos conseguido financiar las mutuas sanitarias anuales y la construcción de baños comunitarios gracias a las donaciones particulares o a través de diferentes crowdfundings. Hemos repartido medicina y ropita para bebés y niños, también gracias a donaciones llegadas de diferentes puntos de España. Además, hemos conseguido el acceso a la escolarización y alfabetizacíón de una gran parte del poblado de Gatonde, en especial, de niños y mujeres. Compra de material escolar, uniformes, calzado...
Esto solo acaba de empezar. ¡No podemos estar más ilusionados con Twenge! Si alguien tiene curiosidad por conocernos más a fondo, nuestra web es: www.twenge.org
También estamos en redes sociales como Facebook, Instagram o Twitter.
Si todo va bien, nuestra idea es volver el verano que viene a Burundi. Mientras tanto, seguimos creciendo como asociación con el objetivo de ser algún día ONG. Lucharemos hasta conseguirlo. La lucha por un mundo más justo está al alcance de cualquiera, es cuestión de movilizarse y desearlo de corazón.
Cuando uno se
aventura a viajar a países remotos, es muy recomendable dedicarle un tiempo a
programar un buen itinerario, pero, sobre todo, investigar aspectos
fundamentales como el clima que hará, si hay que ponerse alguna vacuna o qué
tenemos que llevar en la mochila. La realidad es que uno viaja cuando puede y,
lamentablemente, no cuando quiere. Prácticamente en todos los blogs, foros y
guías coincidían en que viajar en agosto a Myanmar tenía una probabilidad
altísima de lluvia, pero no había más opciones, había que jugársela ya que era
el único momento del año en que todos teníamos vacaciones.
Y bueno, podemos decir que tuvimos bastante suerte relativa. Nuestro itinerario
por el sur del país, casi al final de nuestro viaje, tuvo que ser modificado
hasta tal punto que compramos el vuelo de vuelta a Tailandia antes de tiempo.
Era tan fuerte y constante la lluvia que pareciera el mismísimo diluvio
universal. Me quedé con las ganas de conocer la pagoda Kyaiktiyo, lugar
conocidísimo de peregrinación budista del estado de Mon. Dicho templo se
encuentra construido en la parte superior de una roca de granito que está
completamente cubierta de hojas de oro. La carretera para acceder a dicho lugar
se encontraba completamente inundada. No hubo manera.
El clima de
Myanmar se divide en 3 estaciones:
La mejor época para conocer este país es de octubre a febrero, donde
encontraremos temperaturas de entre 20º y 25º.
¡Mi primera vez en el continente asiático!
Esta vez, lo que me
apetecía era encontrar algo nuevo lejos de la occidentalización. Mi amigo Dani
Viera, El Trotamundos, me recomendó viajar a este lugar mágico
antes de que fuera demasiado tarde, es decir, antes de ser contaminado por el
turismo, como le ha ocurrido por ejemplo a Tailandia, su país vecino.
Viajé con Andrés,
Eva, Karine, Zeneque, Zeben y Chivi. Amigos y amigos de amigos que decidimos
juntarnos para emprender esta nueva aventura. Nunca antes había viajado durante
un mes con un grupo tan grande y la verdad es que la experiencia fue bastante bonita.
El objetivo
principal del viaje era Myanmar, pero nuestro vuelo hacía escala en Bangkok -
Tailandia, por lo que decidimos dedicarle también algunos días a este país
vecino; días que al final se convirtieron en 1 semana completa:
desgraciadamente las lluvias monzónicas redujeron nuestro itinerario por el sur
birmano y dedicamos los últimos días a conocer Bangkok y las islas Phi Phi en
Tailandia, que tampoco era mala opción.
Mandalay fue nuestro primer destino birmano. Antigua capital del país ofrecía
lugares increíbles como las pagodas Kuthodaw o el monasterio Shwenandaw. En un
principio intentamos recorrer a pie la ciudad, y motivados, nos recorrimos de
punta a punta el Palacio de Mandalay, pero luego nos dimos cuenta de que si
queríamos aprovechar bien los días y ver el mayor número de cosas, teníamos que
hacerlo mediante el transporte público. El tiempo tampoco acompañaba mucho para
caminar. Así que, cuando menos nos lo esperábamos, un taxista se acercó a
nosotros y nos ofreció un buen tour por la ciudad, haciendo parada en los
principales monumentos. Creo que nos vio la cara de desesperados bajo el sol y
obviamente no pudimos rechazar su oferta.
- El puente
de U Bein, situado en la ciudad de Amarapura, nos brindó una puesta
de sol increíble. Es conocido por ser el puente de teca más largo del mundo.
- Mandalay Hill es la colina desde donde se puede ver las
mejores vistas de la ciudad.
- La Pagoda Mahamuni es un clásico templo budista donde hay un
Buda de oro. Pesa unas 6 toneladas debido al bronce que hay en su interior.
Llamaba la atención ver a numerosos hombres rindiendo culto a la majestuosa
estatua pegándole pequeñas láminas de oro cubriéndola por completo.
Algo que nos sorprendió a lo largo del viaje fue que las mujeres tenían
prohibido acercarse a la mayoría de los Budas. Imagino que para ellos es lo
normal, lo tendrán normalizado. En cambio, a nosotros nos sorprendió bastante.
El sábado 5: Hsipaw
domingo 6: Trecking Hsipaw
lunes 7: Bagan
martes 8: Bagan
mx 9: Bagan
jueves 10: Kalaw
viernes 11: Trecking to Inle Lake
sábado 12: Inle Lake
domingo 13: Nyaung Shwe
lunes 14: Nyaung Shwe´
martes 15: N. Shwe (bicis) to Bago
mx 16: Bago
jueves 17: Yangon
viernes 18: Vuelo de Yangon a Bangkok
- Resto de días: Tailandia
Una de las grandes sorpresas fue la deliciosa gastronomía local. Cada comida
era una oportunidad para probar sabores auténticos y exquisitos. Los aromas de
las especias y la frescura de los ingredientes creaban una experiencia
culinaria única en su tipo. Además, la amabilidad y hospitalidad de la gente
birmana dejaron una impresión duradera en nosotros. A pesar de las diferencias
culturales, nos recibieron con brazos abiertos y siempre estuvieron dispuestos
a compartir sus historias y tradiciones.
Sin embargo, nuestro viaje también estuvo marcado por los desafíos.
Conscientes
de la temporada de monzones en la región, anticipamos que podríamos enfrentar
problemas climáticos. Lamentablemente, tuvimos que adelantar nuestra vuelta a
Tailandia debido a la llegada prematura de este fenómeno atmosférico. Aunque
fue una decisión necesaria, nos entristeció tener que partir antes de lo
planeado.
En retrospectiva, el viaje por Myanmar fue una montaña rusa de emociones y
experiencias. El choque cultural nos sacudió de nuestra zona de confort, pero
nos abrió los ojos a la diversidad del mundo. Las comidas deliciosas y las
interacciones con la gente local nos dejaron con recuerdos imborrables. Y
aunque el monzón acortó nuestra estancia, la flexibilidad que desarrollamos al
enfrentar esta situación imprevista también se convirtió en una lección
valiosa.
En última instancia, Myanmar nos regaló una travesía inolvidable, donde la
belleza de la tierra y la amabilidad de su gente dejaron una huella perdurable
en nuestro corazón.
Nuestra vuelta de Myanmar a Tailandia marcó un cambio de ritmo en nuestro
viaje. Aunque tuvimos menos días en Tailandia, no faltaron las experiencias
asombrosas. Bangkok, la bulliciosa capital, nos recibió con su característico
caos y energía contagiosa. A pesar del tráfico y la afluencia de turistas,
descubrimos que la ciudad guardaba tesoros ocultos en forma de restaurantes
auténticos y mercados vibrantes que reflejaban la vida local en medio de la
agitación.
Explorar Ayutthaya fue un salto en el tiempo. Las ruinas históricas nos
contaron historias de antiguos imperios mientras explorábamos templos
majestuosos y estructuras antiguas que evocaban la grandeza pasada de
Tailandia. Las Islas Phi Phi nos llevaron a un paraíso tropical, donde las aguas
cristalinas y las playas de arena blanca nos cautivaron al instante.
La famosa
isla, escenario de la película "La Playa", nos permitió revivir las
escenas icónicas de la película protagonizada por Leonardo DiCaprio. La belleza
natural y la serenidad del lugar nos brindaron momentos de relajación y
asombro.
A pesar de la brevedad de nuestra estancia en Tailandia en comparación con
Myanmar, la diversidad de experiencias que vivimos fue impresionante.
Desde la
vitalidad de Bangkok hasta la calma de las ruinas y la maravilla de las islas,
cada momento dejó una impresión duradera y nos recordó la riqueza de culturas y
paisajes que Asia tenía para ofrecer.
El viaje a Myanmar
resultó ser una experiencia fascinante en general. Desde el principio, nos
vimos inmersos en un intenso choque cultural que despertó todos nuestros
sentidos. El contraste entre nuestras costumbres occidentales y la rica
tradición birmana era abrumador, pero a la vez enriquecedor. Las calles llenas
de vida, los mercados vibrantes y los templos históricos nos sumergieron en un
mundo completamente nuevo.
Hoy me toca despedir el blog con Brasil. Un grande entre los grandes que tuve la suerte de conocer recorriéndolo con la mochila a cuestas durante casi 80 días. País más grande de América Latina y 5º del mundo en extensión, por delante de Australia y la India, entre otros. Se dice que Europa entera cabría dentro de sus casi 8´5 millones de km2.
Trilha a Pedra da Gavia
Hace frontera con diez países y comparte tesoros naturales como la selva Amazónica o las cataratas de Iguazú.
Brasil iba a ser la despedida de un viaje inolvidable por América Latina. Nos esperaría más de una sorpresa, momentos increíbles difíciles de resumir en pocas líneas.
Nuestro primer día en el país lo hicimos a lo grande, visitando las cataratas de Iguazú, una de las 7 maravillas naturales del mundo. Pensé que después de ver la Laguna Colorada, las Torres del Paine o el Glaciar Perito Moreno, no iba a encontrar ya nada que pudiera impactarme tanto. Las cataratas se encuentran sobre el río Iguazú y están divididas entre Argentina y Brasil. Conocí el lado brasileño y fue increíble. La naturaleza no deja de sorprenderme y esta vez quiso regalarme otra joya para la vista.
Cataratas de Iguazú - Foz do Iguaçu
Dejo unas líneas del botánico suizo Robert Chodat que describen inmejorablemente la sensación que uno tiene al estar cerca de esta maravilla: Cuando nos encontramos al pie de este mundo de cascadas, y alzando los ojos vemos, a 82 metros por encima de nosotros, el horizonte ocupado por una línea de aguas, el asombroso espectáculo de un océano cayendo a raudales en un abismo es casi escalofriante. R.Chodat.
Después del subidón de las cataratas continuamos hacia Curitiba, desde donde saldría nuestro vuelo para los carnavales de Salvador de Bahía. En Curitiba estuvimos varios días. Hicimos couchsurfing en casa de gente maravillosa (Franciele, Gliciele, Geli, Thaís y Raissa), que nos llevaron a conocer los mejores rincones de la ciudad, como el Jardín Botánico o el Museo Oscar Niemeyer, arquitecto brasileño por excelencia. Gracias al couchsurfing tuvimos nuestra primera inmersión lingüística con el portugués.
Con Val y Lorenzo en el museo Oscar Niemeyer - Curitiba
Yo tenía unas nociones de cuando estuve en Lisboa pero lo tenía bastante oxidado. Fueron muy pacientes con nosotros y nos hablaban lentamente para poder comunicarnos.
El ambiente carnavalero ya estaba en las calles de Curitiba. Vivimos un precarnaval de lujo. Miles de personas en las principales avenidas de la ciudad, cantando y bailando a ritmo de samba. Precarnaval que nos prepararía para la locura que tendríamos días más tarde en Salvador de Bahía.
Eu Schin Carnaval de Bahía
El 4 de febrero llegamos por fin al Carnaval de Salvador de Bahía. Una semana de explosión musical, gente, sonrisas, bailes, disfraces...Alegría por los cuatro costados. Mayor carnaval callejero del mundo. Según los brasileños y expertos carnavaleros, mucho mejor carnaval que el de Río de Janeiro por celebrarse integramente en las calles de la ciudad, donde todo el mundo puede disfrutarlo. Cientos de miles de personas abarrotan las calles, desde niños a abuelos, cantan y bailan a ritmo de samba, música en directo desde unas especies de camiones preparados para llevar a músicos, bailarines, equipos de sonido, etc...¡A folia!
Por supuesto, nada hubiera sido lo mísmo sin la compañía de nuestra querida familia bahiana, la familia Mascarenhas: Luana, Jéssica, Augusto, Michele, Cristiano...pero, sobre todo, Erica y Tailane, con quienes pasamos prácticamente las dos semanas de carnaval y post carnaval. Erica nos hospedó en su casa: una casa-caravana dentro de un camping, en praia flamengo - Itapuã, a las afueras de Salvador. Lugar mágico que sirvió al gran Vinicius de Moraes para escribir poesía y componer gran parte de su repertorio musical. Itapuã le rinde homenaje con una estatua en uno de los lugares más emblemáticos de la ciudad.
Con Tai, Erica y Val en el Carnaval de Salvador de Bahía
Salvador de Bahía es la tercera ciudad más poblada del país. Es conocida como la Capital da Alegria y destaca por su rica diversidad de estilos musicales y su rica gastronomía. Bahía es Bossanova, samba, forró, axé, Joao Gilberto, Caetano Veloso...Bahía es acarajé, açáí, moqueca y maniçoba. Bahía es mixtura cultural, carnaval, playas, Pelourinho y mil cosas más...
En Pelourinho - Salvador de Bahía
Con mucha pena dejo Salvador de Bahía y su carnaval para continuar el viaje hacia el sur del país. Me esperaban más de 1.000 km antes de llegar al estado de Minas Gerais. Preparé mi cartelito y empecé con el autostop, que ya lo echaba de menos. No esperé ni media hora y un camionero paró para llevarme. ¡Subidón! El transportista además iba también al mismo destino, así que, mejor, imposible.
Mi llegada a Minas Gerais fue muy especial. En Curralinho, un pueblito de poco más de 200 habitantes, me esperaban mi paisana Marina del Viejo y su linda familia. Pasé de la locura del carnaval de Bahía a la tranquilidad absoluta en un lugar que esconde numerosas cachoeiras (cascadas) y, a poco más de 1 km, la famosa Gruta do Salitre: formación rocosa con forma de castillo medieval de donde se extraía salitre para la fabricación de pólvora. Curralinho tiene un encanto especial. Está tan escondido que no aparece ni en el google maps. Se encuentra a unos 10km de Diamantina y se accede a través de un camino sin asfaltar. Merece la pena perderse por estos lugares. Gracias Marina y Danilo por hacerme sentir como en casa en un lugar tan mágico. ¡Lo pasé genial! A unos 10 km de Curralinho se encuentra Diamantina: joya de ciudad declarada Patrimonio Cultural de la Humanidad, por la UNESCO en 1999. En el siglo XVII se extrajo en la ciudad gran número de diamantes por la Corona portuguesa. De ahí su actual nombre. Buen lugar para perderse entre calles empinadas y plazas encantadoras.
En Curralinho, con Marina y su linda familia
En Belo Horizonte (capital de Minas Gerais), gracias a mi amiga montijana Katila, iba a conocer a tres locos de la samba y de la batucada; tres musicazos que estuvieron en Montijo hace unos años y que me recibieron como si fuera uno más de la familia. Rubem, Gabriel y Luisinho me mostraron la esencia de la samba brasileña. Con ellos disfruté de una noche inolvidable en la favela de Morro das Pedras. Rubem me dio unas clases intensivas de percusión enseñándome a tocar cada uno de los instrumentos que se usan en una batucada: repinique, apito, tarola, rebolo, repique de mão, zabumba, surdo, tamborim y chocalho. Muy diferentes unos de otros y complejos de tocar. Obrigado meu amigo e professor! Obrigado tambem para meus amigos de couchsurfing Flávia e Lucas, vocês são increíveis!! Muita sorte em Ateneo viva o idioma!!
Casa da Gloria - Diamantina
El museo Inhotim se encuentra a una hora de Belo Horizonte. Es uno de los mayores atractivos de la región, uno de los mayores museos de arte contemporáneo al aire libre del mundo. Tiene varias salas de arte situadas en diferentes edificios. La mayoría de ellas son interactivas donde el propio espectador forma parte de las obras. En una de ellas, por poner un ejemplo, tienes una piscina donde te puedes dar un chapuzón. En otra tienes hamacas para que te tumbes mientras escuchas música de Jimmy Hendrix. Otras salas ofrecen pintura contemporánea, fotografía, escultura...hay de todo. Todo lo que uno se pueda imaginar y lo inimaginable. Es una caja de sorpresas. Es un museo muy especial capaz de mezclar emoción y sensibilidad. Lo recomiendo al 100%
Museo Inhotim - Brumadinho
Y llegamos a Rio de Janeiro. Último destino de mi viaje por América. Parecía que nunca iba a llegar este momento pero sí, llegó. En Rio pasé mes y medio con el objetivo principal de aprender bien el portugués. Creo que aprobé con un notable alto; al menos conseguí comunicarme perfectamente con la gente. Una de las principales herramientas del aprendizaje fue el couchsurfing, sí, del que tanto he hablado en entradas anteriores del blog. Gente que quiere compartir contigo buenos momentos, conversaciones, comidas típicas, paseos por la ciudad...Camille y João Gabriel fueron clave para mi estancia en la ciudad carioca. Lo que iba a ser unos días, al final se convirtió en más de 40 días en esta maravillosa ciudad. Talvez não existam palavras suficientes e significativas que me permitam agradecer vocês, Joao, Camille, Renata, Lalo, Roberta, Bea Bella, Matheus, Alonso, Anastasia, Deborah, Fabrizio (couchsurfing)...Com todo o carinho e de coração eu lhe agradeço. Obrigado por tudo o que vocês fizeram por mim em Rio!
Vistas de Rio de Janeiro desde la favela de Sta. Marta
Rio de Janeiro es una ciudad donde es imposible aburrirse. Tienes todo tipo de actividades para hacer en la ciudad, como disfrutar de las playas de Ipanema, Botafogo, Tijuca, Leblón y Copacabana, donde puedes pasear, tomar el sol, jugar a voley, leer un libro, escuchar música en directo...mil cosas puedes hacer en estas famosas playas, fuentes de inspiración para más de un compositor de bossanova o samba como el gran Antonio Carlos Jobim.
Puedes recorrer el centro en bicicleta y encontrarte con lugares mágicos como el Lago Rodrigo de Freitas o el barrio bohemio de Santa Teresa. La vida nocturna pasa por la zona de Lapa, donde se encuentran los famosos Arcos, las escaleras de Selaron o la Catedral metropolitana. Prácticamente pasé todos mis fines de semana por aquí, uno de ellos muy especial, el de mi cumpleaños, tocando samba con otros músicos bajo los arcos del acueducto carioca. Y, claro, tomando alguna que otra caipirinha, que, por cierto, las llenaban a tope de cachaça (bebida alcohólica que se obtiene de la destilación del jugo de la caña de azúcar fermentado).
Rio de Janeiro - Centro
Con un par de ellas, ya ibas contento para el resto de la noche. Otro lugar mágico para pasar la noche escuchando música en directo en la calle es el barrio de Pedra do Sal.Otros atractivos turísticos de la ciudad que merecen ser visitados son el Pão de Açúcar, praia Vermelha o el Museu do Amanhã. También es interesante visitar Nitéroi o, para los futboleros, el famosísimo estadio de Maracaná.
Las favelas son otras de las esencias de la ciudad carioca. Son asentamientos irregulares situados en morros (cerros) en su mayoría, donde vive gran parte de la población. Muchas de ellas se encuentran en condiciones muy precarias, con falta de infraestructura urbana y de servicios públicos. Hay un total de 750 y muchas de ellas están pacificadas, fuera de cualquier tipo de peligro. Nosotros visitamos la favela de Vidigal y la de Santa Marta, ésta última, famosa por haber sido elegida por Michael Jackson para la grabación de una de las partes del famoso vídeoclip They don´t care about us. La otra parte está grabada en Pelourinho (S. de Bahía). Ahí dejo el enlace de esta obra maestra grabada en 1996:
La famosa estatua del Cristo Redentor mide 30 metros y se encuentra a unos 710 metros del nivel del mar. Está en el cerro del Corcovado y es uno de los principales atractivos turísticos no sólo de la ciudad, sino del país, sobre todo ahora que es considerada una de las nuevas 7 Maravillas del mundo. Se puede apreciar desde prácticamente todos los puntos de la ciudad. Las vistas que hay desde allí arriba dicen que son increíbles. Y digo "dicen" porque a Nuria y a mí nos tocó un día completamente nublado. De vez en cuando, entre nubes y cientos de turistas, se asomaban los gigantescos 30 metros de estatua de brazos abiertos.
Preparados para los JJOO
De vez en cuando hacíamos algunas trilhas (caminatas, excursiones) a alguno de los morros de la ciudad. Una de las más gratificantes fue la trilha de Pedra da Gavia, no sólo por las vistas si no por el enorme esfuerzo que supuso llegar hasta arriba, con algún que otro tramo de escalada donde se necesitaban cuerdas para subir. También hice otra trilha más facilita, la del Morro Dois. Subida de unos 50 minutos desde la favela de Vidigal que guarda una de las mejores vistas de la ciudad.
Una de las sorpresas de última hora del viaje fue la llegada de mi viejo amigo Joselucho - El Gitanito de Badahó. Con él y con Nuria pasé mis dos últimas semanas del otro lado del charco. Dos semanas increíbles por la ciudad carioca y visita a la Ilha Grande, situada a unas 4 horas de la ciudad. Una isla de playas paradisíacas que bien merecen la pena ser visitadas.
Praia Dois Rios - Ilha Grande
Y llegó el 17 de abril, día en que salía mi vuelo de vuelta para Europa. Atrás dejaría 37 semanas y un día por tierras americanas. 260 días inolvidables que completaron el viaje más bonito de mi vida. 11 países y miles de kilómetros recorridos. ¡Sueño cumplido!
Gracias a tod@s los que me han seguido a través del blog, fue todo un placer. Después de África y América, todo apunta a que mi próximo viaje será por tierras asiáticas, pero ya dentro de unos años. ¿Alguien se apunta?
¡Hasta pronto!
Ahí dejo un vídeo resumen de mi paso por tierras americanas, desde Cuba hasta Brasil!!
El viernes 15 de enero, Valentin y yo llegamos a Paraguay desde Posadas (Argentina) entrando por Encarnación, donde iniciaríamos nuestra aventura por tierras guaraníes. Este país de cerca de 7 millones de habitantes, se encuentra en el corazón del continente sudamericano, entre Argentina, Brasil y Bolivia. Allí nos esperarían dos semanas calurosas divididas entre las ciudades de Encarnación, Asunción, Areguá y Ciudad del Este.
Tomando tereré con Val y Sofia
Para sofocar las altas temperaturas, esta vez nuestro fiel compañero iba a ser el famoso tereré, bebida símbolo de la identidad paraguaya que merece ser bien presentada:
El tereré es la bebida oficial de Paraguay y Patrimonio Cultural de la Nación. Se prepara con yerba mate, hielo y agua. Hay quienes le añaden zumo de cualquier fruta, otros le ponen hierbas medicinales como el cedrón, la menta o el cocú. Al igual que sus vecinos uruguayos, los paraguayos suelen llevar por la calle su tereré y van rellenando de su termo o jarra. Si hay varias personas compartiendo el tereré, por tradición, el cebador o pahagué (el que lleva el termo) será la persona de menor edad en el grupo. La costumbre de tomar mate con agua fría proviene de la guerra del Chaco, que entre 1932 y 1935 enfrentó a Paraguay y Bolivia.
Con Yolanda, nuestra mamá paraguaya
Se dice que los soldados no podían hacer fuego para calentar agua, porque si encendían una hoguera les descubrirían. Así fue como empezaron a tomar la yerba con agua fría, y gracias al tereré ganaron la guerra, porque era lo que les hacía mantenerse despiertos. Otras versiones apuntan a que la yerba mate ya era consumida por los indígenas guaraníes de Paraguay y algunas zonas de Brasil.
Por cierto, está bien rico, hidrata y mantiene a uno activo durante todo el día. Habrá que extender esta costumbre al otro lado del charco.
Los idiomas oficiales de Paraguay son el español y el guaraní. Este último es hablado por el 87% de sus habitantes. Para hacernos una idea de cómo suena el guaraní, adjunto esta famosa canción llamada Paraguaýpe que combina ambas lenguas y que está dedicada a la ciudad de Asunción. Letra del gran poeta Ortiz Guerrero y música de José Asunción Flores.
Paraguaýpe
Ajahe'óta pende apytépe
narotîvéigui che vy'a'ÿ
Ahapyimíta ko pyharépe
che resaýpe, Paraguay.
Plaza Uruguaya, selva aromada,
¡Oh! pajarera de mi canción:
orgullo mío, cúpula amada,
el Oratorio de la Asunción.
Che amomorãva ku umi burrera
ipynandi ha hesa rovy
che py'apýnte añopû héra
ha che ahogáta ko tesay.
Puerto Sajonia, mi desvarío,
azul cerrito de Lambare,
la escalinata, Mangrullo, el río,
mi canto errante te cantaré.
Purahéi pópe ko che amokãva
jerokyhárupi che resay
ha ñasaindýrõ romongetáta
che noviarãicha, Paraguay.
En la bahía joya amatista,
Palma, Colombia, calle Amambay,
el ramillete de los turistas,
¡Flor de las flores del Paraguay!
Y bien, llegamos a Encarnación, la Perla del Sur y Capital del Carnaval paraguayo. Sin tener ni idea, nos topamos con la primera semana del carnaval encarnaceno y unos amigos de couchsurfing nos invitaron a pasarlo con ellos. ¡Mejor plan imposible! Miles de turistas de todo el país y de países vecinos se congregan en el sambódromo de la ciudad (tercero del mundo en magnitud y capacidad después de los de Rio de Janeiro y Sao Paulo) para disfrutar del espectáculo de desfiles de carrozas y comparsas. Cerveza gratuita toda la noche y fiesta, mucha fiesta.
Misiones de Trinidad del Paraná
Juerga que pasó factura a uno de mis pies. Tropezón en las escaleras y resto de la noche de cojera. La semana siguiente el pie derecho hinchado con el talón de Aquiles bien fastidiado. Pero bueno, fue una noche inolvidable, una entrada al país inmejorable.
Carnaval de Encarnación
Sofia Stankiewicz - paraguaya de origen polaco - nos alojó en casa de sus padres un par de días. El domingo nos invitaron a un asado (no podía faltar nuestro asado paraguayo, tras el argentino y el uruguayo) y después nos llevaron a conocer con su prima Guri las Misiones Jesuíticas de Trinidad y la de Tavaranguè, otro de los atractivos turísticos de la zona. Fueron construidas en el siglo XVII por pueblos misioneros de la orden religiosa de la Compañía de Jesús entre los aborígenes guaraníes y pueblos afines, que tenían como fin su cristianización. Se ubicaron geográficamente por Paraguay y otros países como Argentina y Brasil. Sorprendentes construcciones que dejan huella histórica del paso dañino evangelizador de los españoles por tierras guaraníes siglos atrás.
Dejamos Encarnación para llegar a Asunción. Allí nos esperaba Leticia, amiga asuncena que conocí en París hace más de 6 años. Otros compañeros paraguayos de París que también pude encontrar fueron Livia, Joe, M.Mar y Santi. Con éste último fue un encuentro muy especial. Al gran amigo Santi le quiero dedicar esta entrada del blog sobre Paraguay. Hace unos años sufrió un trájico accidente de coche. Volvió a nacer tras superar el estado de coma y ahora está recuperándose a base de mucha paciencia y constancia.
En familia, con el gran Santi
Es todo un ejemplo de valentía y de coraje. Gracias por transmitirnos tu sentido del humor y tu lucha por vivir. Pendiente queda pegarnos juntos un viajecito mochilero en cualquier parte del mundo.
En estas fechas, gran parte de las ofertas culturales de la ciudad estaban cerradas por vacaciones. Hay que tener en cuenta que aquí, enero-febrero, es nuestro julio-agosto en España, es decir, cierre por vacaciones y calor amanta (como diríamos en Montijo). Apenas pudimos ver algún que otro museo como el del Ferrocarril o el de la Casa de la Independencia.
Museo del Ferrocarril - Asunción
También visitamos con Livia el popular Mercado 4, donde se rodó 7 Cajas, la película más taquillera de todos los tiempos en Paraguay. Este mercado es el más grande de consumo con casi 3 mil comerciantes censados y formalizados en el lugar.
Para un poquito más de turisteo por la ciudad, aconsejo visitar el Panteón Nacional de los Héroes, el Palacio López, la Plaza de la Democracia y, sobre todo, el barrio de Loma de San Jerónimo, de impresionantes miradores, pintorescas casas y escalinatas coloridas. El barrio me recordó a la ciudad chilena de Valparaiso.
En Areguá nos esperaban Joe, Gustavo y el pequeño Tierra. Con ellos pudimos descubrir el encanto de esta ciudad situada a orillas del lago Ypacaraí, conocida por sus artesanías en cerámica. Joe y Gustavo son los promotores de la Escuela Popular El Cántaro.
Con Joe, en la Escuela Popular "El Cántaro"
Es un edificio de adobe creado por sus propios alumnos y ahora cuenta con un gigante tatacuá como mediateca. La Bio Escuela Popular El Cántaro concentra a alrededor de 300 alumnos de todos los rincones de Areguá, a través de sus 18 talleres. Valentin y yo tuvimos la suerte de participar en uno de esos talleres y lo pasamos como niños. Existen varios talleres. Talleres de oficios: destinados a adolescentes que acaban el colegio; talleres de concienciación: enfocados en el medio ambiente y en la cultura cívica; y talleres de rescate de arte popular: basados en la difusión y transmisión de las técnicas artesanales que tienden a desaparecer con el tiempo.
Reencuentros parisinos - Areguá
Os deseamos lo mejor en este proyecto tan ilusionante. Fue un gusto compartir estos días con vosotros.
En Areguá también es conocido el Cerro Koi, por sus formaciones de piedra arenisca hexagonal; y el Castillo Carlota Palmerola, de finales del siglo XIX.
Ciudad del Este sería el último lugar que visitaríamos en Paraguay antes de entrar en Brasil. Allí, Adalberto, nuestro couchsurfing, nos llevó a conocer la majestuosa represa hidroeléctrica de Itaipú (del guaraní: piedra que suena).
Represa Hidroeléctrica de Itaipú - Ciudad del Este
Tiene casi 8 mil metros de extensión y una altura de 196 metros. Dicen que el acero utilizado en su construcción equivaldría a unas 380 torres Eiffel. Es binacional entre Paraguay y Brasil, en su frontera sobre el río Paraná. Es una de las centrales hidroeléctricas más grandes del mundo. Sólo dos de sus turbinas producen el 80% de la energía de todo Paraguay. Una obra de ingeniería espectacular.
Y con la represa de Itaipú despedimos Paraguay para entrar en el grandioso Brasil. Último país visitado en mi aventura por Latinoamérica. Fueron casi 3 meses de viaje por la tierra de la samba y la bossanova. 77 días increíbles de los que ya hablaré próximamente.