Hice una escapadita de fin de semana con unos amigos por el suroeste de Burundi y entre caminos perdidos en mitad del bosque descubrimos esta magnífica piscina natural llena de mujeres y niños. En el viaje éramos 6 franceses, 1 inglés y yo...9 blanquitos dispuestos a bañarse y compartir aquel agua calentita. El impacto fue total porque en cuanto llegamos todos los bañistas se arrinconaron en el fondo y no nos quitaron ojo hasta que nos fuimos.
Fue una gozada, la verdad, a pesar de la observación continua de nuestros amigos. Del agua salía hasta vapor y burbujas.
¡Ni en una mismísima sauna de masajes!
Oh! que penita con los lugareños, no intentasteis hablar con ellos para que no se intimidaran?
ResponderEliminarEntonces el agua calentita, nada que ver con las piscinas naturales de por aqui, eh? que tienes que contar hasta 1000 para poder entrar el pie y sacarlo corriendo para que no se te congele.
P.D.: bonitas fotos ;)
Ese Dámaso por los Burundiiiiiiiiiii!!!
ResponderEliminarque fuerte, que fuerte, que fuerte.....
Oye, me encanta la experiencia que estás viivendo, me encanta este blog y me encanta haber puesto por fin internet en casa para poder ver cosas como estas.
saludos burundijano de mi alma!!
Ana...qué Ana??? =)
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