He tenido que echar mano del pasaporte para contar el número exacto de días que pasé en Argentina. Entramos el 17 de noviembre por el paso de Jama. Luego salimos para volver a Chile. Después de nuevo Argentina, Chile, Argentina, Uruguay, y última salida de Argentina el 15 de enero ... En total, 4 entradas y 4 salidas del país, de norte a sur y de sur a norte. 31 días exactos. Un mes de recorrido loco que comenzamos un 17 de noviembre a las 4h30 de la mañana desde San Pedro de Atacama - Chile.
Como dije en la entrada anterior del blog, se nos acabó el chollo de viajar en autobús. A partir de Chile, Argentina y Uruguay, el precio del transporte iba a ser igual de caro que en Europa, así que tocaba sufrir un poquito más hasta llegar a Paraguay, donde los precios volverían a ser como anteriormente. Esta entrada se la quería dedicar en especial a Montse, la persona con la que más horas he pasado haciendo autostop en todo el viaje. Horas de sol, de lluvia, de viento, de frío, de dormir en gasolineras e iglesias, donde fuera. Horas de incertidumbre que, por suerte, siempre acabarían bien. También se la quiero dedicar a Dani, Lorenzo, Nuria, Zeneque y Valentin, mis otros locos compañeros de viaje con quienes compartí otras tantas horas de autostop.
Y, puestos a dedicar, a quién mejor que a los propios conductores. A los que nos llevaron en camión, en furgoneta, en coche, en camioneta... (pick up) A los que nos ayudaron a cruzar fronteras, a los que nos invitaron a tomar mate, a comer, a beber; a los que nos levantaron en mitad de la nada, a los que nos dejaron, incluso, dormir dentro del camión para pasar la noche, a las gasolineras YPF argentinas que tanto apaño nos han dado... A todos, ¡mil gracias! Todos ellos ya forman parte de esta aventura que ahora dejo por escrito per secula seculorum.
Purmamarca fue el primer lugar argentino que pisamos a mediados de noviembre de 2015 y Corrientes fue el útimo, antes de entrar en Paraguay a mediados de enero del presente año. El resto de los lugares que visitamos fueron: Purmarmarca, Humahuaca, Tilcara, Jujuy, Salta, Yerba Buena, Santiago del Estero, Córdoba, Río Ceballos, Mendoza, Los Antiguos, Perito Moreno, Gobernador Gregores, Tres Lagos, El Calafate, Río Grande, Tolhuin, Ushuaia, Buenos Aires, Tigre y Concordia.
Los primeros citados en la lista son todavía pueblos y ciudades de tradiciones muy andinas pertenecientes a la provincia de Jujuy, muy parecidas a las bolivianas y peruanas, de una riqueza cultural y paisajística impresionantes. Cabría destacar las quebradas humahuaqueñas, que son un tipo de estrechos entre montañas; valles estrechos encajonados por montañas. Es una zona árida de una belleza insólita. Destaco el Cerro de los 7 colores, que se encuentra en Purmamarca. Espectacular.
La entrada a la provincia de Tucumán cambió bastante el viaje. A partir de aquí retomaríamos el couchsurfing después del último que hicimos a primeros de noviembre en Perú. También empezaríamos a encontrar más similitudes con Europa por la gente, la gastronomía y la planificación urbana. Hay que decir que italianos y españoles forman la columna vertebral de la sociedad argentina actual. De ahí a que muchos digan que Argentina es un pedacito de Europa en América.
Dani y yo llegamos a un pueblito de Tucumán llamado Yerba Buena. Allí nos hospedó Marcelo y su familia, nuestros primeros couchsurfing argentinos. Cenamos ricas empanadas tucumanas (las mejores de todo el país, según dicen) y después nos llevaron a conocer unas vistas impresionantes de la ciudad de Tucumán.
El día siguiente fuimos a Río Ceballos - Córdoba. Allí pararíamos unos 5 días en casa de Hilda, la abuela de Lucas, una señora encantadora. Después resultó ser también nuestra abuela, la abuela de todos. Una mujer que desprende una energía positiva sin límites. No tenemos palabras suficientes para agradecerle la hospitalidad con la que nos recibió en su casa. Nos preparó todo tipo de comidas y postres. Nos contó mil historias de su vida, y, lo mejor de todo, nos presentó a toda su familia, con la que compartimos muy buenos momentos.
El primer día, Carlos, uno de los hijos de Hilda, preparó el que sería nuestro primer asado argentino. Mientras tanto, cantaba y tocaba con el charango canciones típicas de Argentina.
Lucas y Daniela fueron realmente los anfitriones de Río Ceballos. Conocieron a Dani meses atrás en un viaje por Asia y le dijeron que algún tenían que encontrarse en Argentina, y así fue.
Nuestra llegada a Río Ceballos coincidió con las elecciones argentinas a la presidencia del gobierno. Vivimos con la familia el momento en el que Macri ganó a Scioli, pero por muy poca diferencia. Ganó Macri después de 12 años de Kirchnerismo. Dicen que nunca llueve a gusto de todos. Su victoria no fue muy bien recibida por estos lares. En fin, a ver qué resultados da esta nueva etapa en la política argentina.
Lucas y Daniela se encargaron de que conociéramos bien Río Ceballos, la ciudad de Córdoba y Salsipuedes, un pueblo con un nombre de lo más original. (Y...sí, conseguimos salir). Pero, sin duda, uno de los lugares más entrañables que conocimos con ellos fue la Quinta Palmira, la casa de Mariano y su familia, otro de los hijos de Hilda. Una quinta es para nosotros una casa en el campo con animales y huerto. Tenían caballos, cerdos, gallinas, cabras, etc.
Necesitaría cincuenta páginas para hablar de la familia de Hilda y Lucas. Con ellos pudimos encontrar realmente la esencia del viaje, de los viajes en general, porque nos introdujeron en sus vidas, en la familia, en su día a día.
La mejor manera de conocer un país es conociendo a su gente, compartiendo con ellos cualquier comida, un paseo o una buena conversación. Nadie mejor que ellos te enseñarán su pueblo, su ciudad y sus costumbres. Lugares a los que nunca irías si fueras simplemente un viajero con un mapa de la oficina de turismo.
En Mendoza nos quedamos en casa de mi amiga Mariana. Nos recibió con un montón de amigos y un buen asado. ¡Que no falte! Pusimos la carne en las brasas y mientras tanto, Ofelia, Rocío y Adrián nos deleitaban con sus dotes artísticas. Unos artistas de primera. Un cóctel perfecto para una noche inolvidable.
A Mendoza le llaman la tierra del sol y del buen vino. Si vienes a esta ciudad tienes que probar sus vinos, pero también su aceite de oliva. Ofelia nos llevó a conocer la bodega Santa Julia donde ella trabaja. Allí pudimos comprobar, efectivamente, la gran calidad de los vinos mendocinos. Visitamos las grandes extensiones de viñedos de la familia Zuccardi y probamos también los diferentes aceites de oliva. Nada que envidiar al aceite de oliva español.
Mariana nos trató como a uno más de la familia. Además fue una pieza clave para la continuidad de nuestro viaje por Argentina. Gracias a ella encontramos lugar donde quedarnos en Ushuaia y luego en Buenos Aires. ¡Mil gracias!
Y de Mendoza cruzamos los Andes con Ofelia para entrar en Chile. De aquí tengo que dar un gran salto en los días hasta la vuelta a tierras argentinas ya a mediados de diciembre. Ahora ya, con Montse, la nueva incorporación al equipo. Entramos de Chile Chico a Los Antiguos. Se acercaban las Navidades...
** Este post sobre Argentina voy a dividirlo en dos entradas diferentes. Aún me quedan cosas muy interesantes que contar. To be continued...
Primeros paisajes argentinos, por el Paso de Jama |
Como dije en la entrada anterior del blog, se nos acabó el chollo de viajar en autobús. A partir de Chile, Argentina y Uruguay, el precio del transporte iba a ser igual de caro que en Europa, así que tocaba sufrir un poquito más hasta llegar a Paraguay, donde los precios volverían a ser como anteriormente. Esta entrada se la quería dedicar en especial a Montse, la persona con la que más horas he pasado haciendo autostop en todo el viaje. Horas de sol, de lluvia, de viento, de frío, de dormir en gasolineras e iglesias, donde fuera. Horas de incertidumbre que, por suerte, siempre acabarían bien. También se la quiero dedicar a Dani, Lorenzo, Nuria, Zeneque y Valentin, mis otros locos compañeros de viaje con quienes compartí otras tantas horas de autostop.
Trópico de Capricornio |
Y, puestos a dedicar, a quién mejor que a los propios conductores. A los que nos llevaron en camión, en furgoneta, en coche, en camioneta... (pick up) A los que nos ayudaron a cruzar fronteras, a los que nos invitaron a tomar mate, a comer, a beber; a los que nos levantaron en mitad de la nada, a los que nos dejaron, incluso, dormir dentro del camión para pasar la noche, a las gasolineras YPF argentinas que tanto apaño nos han dado... A todos, ¡mil gracias! Todos ellos ya forman parte de esta aventura que ahora dejo por escrito per secula seculorum.
Purmamarca fue el primer lugar argentino que pisamos a mediados de noviembre de 2015 y Corrientes fue el útimo, antes de entrar en Paraguay a mediados de enero del presente año. El resto de los lugares que visitamos fueron: Purmarmarca, Humahuaca, Tilcara, Jujuy, Salta, Yerba Buena, Santiago del Estero, Córdoba, Río Ceballos, Mendoza, Los Antiguos, Perito Moreno, Gobernador Gregores, Tres Lagos, El Calafate, Río Grande, Tolhuin, Ushuaia, Buenos Aires, Tigre y Concordia.
Cerro de los 7 colores |
Los primeros citados en la lista son todavía pueblos y ciudades de tradiciones muy andinas pertenecientes a la provincia de Jujuy, muy parecidas a las bolivianas y peruanas, de una riqueza cultural y paisajística impresionantes. Cabría destacar las quebradas humahuaqueñas, que son un tipo de estrechos entre montañas; valles estrechos encajonados por montañas. Es una zona árida de una belleza insólita. Destaco el Cerro de los 7 colores, que se encuentra en Purmamarca. Espectacular.
La entrada a la provincia de Tucumán cambió bastante el viaje. A partir de aquí retomaríamos el couchsurfing después del último que hicimos a primeros de noviembre en Perú. También empezaríamos a encontrar más similitudes con Europa por la gente, la gastronomía y la planificación urbana. Hay que decir que italianos y españoles forman la columna vertebral de la sociedad argentina actual. De ahí a que muchos digan que Argentina es un pedacito de Europa en América.
Amigo humahuaqueño |
Dani y yo llegamos a un pueblito de Tucumán llamado Yerba Buena. Allí nos hospedó Marcelo y su familia, nuestros primeros couchsurfing argentinos. Cenamos ricas empanadas tucumanas (las mejores de todo el país, según dicen) y después nos llevaron a conocer unas vistas impresionantes de la ciudad de Tucumán.
El día siguiente fuimos a Río Ceballos - Córdoba. Allí pararíamos unos 5 días en casa de Hilda, la abuela de Lucas, una señora encantadora. Después resultó ser también nuestra abuela, la abuela de todos. Una mujer que desprende una energía positiva sin límites. No tenemos palabras suficientes para agradecerle la hospitalidad con la que nos recibió en su casa. Nos preparó todo tipo de comidas y postres. Nos contó mil historias de su vida, y, lo mejor de todo, nos presentó a toda su familia, con la que compartimos muy buenos momentos.
Con la abuela Hilda |
El primer día, Carlos, uno de los hijos de Hilda, preparó el que sería nuestro primer asado argentino. Mientras tanto, cantaba y tocaba con el charango canciones típicas de Argentina.
Lucas y Daniela fueron realmente los anfitriones de Río Ceballos. Conocieron a Dani meses atrás en un viaje por Asia y le dijeron que algún tenían que encontrarse en Argentina, y así fue.
Nuestra llegada a Río Ceballos coincidió con las elecciones argentinas a la presidencia del gobierno. Vivimos con la familia el momento en el que Macri ganó a Scioli, pero por muy poca diferencia. Ganó Macri después de 12 años de Kirchnerismo. Dicen que nunca llueve a gusto de todos. Su victoria no fue muy bien recibida por estos lares. En fin, a ver qué resultados da esta nueva etapa en la política argentina.
Lucas y Daniela se encargaron de que conociéramos bien Río Ceballos, la ciudad de Córdoba y Salsipuedes, un pueblo con un nombre de lo más original. (Y...sí, conseguimos salir). Pero, sin duda, uno de los lugares más entrañables que conocimos con ellos fue la Quinta Palmira, la casa de Mariano y su familia, otro de los hijos de Hilda. Una quinta es para nosotros una casa en el campo con animales y huerto. Tenían caballos, cerdos, gallinas, cabras, etc.
Necesitaría cincuenta páginas para hablar de la familia de Hilda y Lucas. Con ellos pudimos encontrar realmente la esencia del viaje, de los viajes en general, porque nos introdujeron en sus vidas, en la familia, en su día a día.
Asado argentino |
En Mendoza nos quedamos en casa de mi amiga Mariana. Nos recibió con un montón de amigos y un buen asado. ¡Que no falte! Pusimos la carne en las brasas y mientras tanto, Ofelia, Rocío y Adrián nos deleitaban con sus dotes artísticas. Unos artistas de primera. Un cóctel perfecto para una noche inolvidable.
Con Ofelia y Mariana |
A Mendoza le llaman la tierra del sol y del buen vino. Si vienes a esta ciudad tienes que probar sus vinos, pero también su aceite de oliva. Ofelia nos llevó a conocer la bodega Santa Julia donde ella trabaja. Allí pudimos comprobar, efectivamente, la gran calidad de los vinos mendocinos. Visitamos las grandes extensiones de viñedos de la familia Zuccardi y probamos también los diferentes aceites de oliva. Nada que envidiar al aceite de oliva español.
Mariana nos trató como a uno más de la familia. Además fue una pieza clave para la continuidad de nuestro viaje por Argentina. Gracias a ella encontramos lugar donde quedarnos en Ushuaia y luego en Buenos Aires. ¡Mil gracias!
Familia de Mendoza |
Y de Mendoza cruzamos los Andes con Ofelia para entrar en Chile. De aquí tengo que dar un gran salto en los días hasta la vuelta a tierras argentinas ya a mediados de diciembre. Ahora ya, con Montse, la nueva incorporación al equipo. Entramos de Chile Chico a Los Antiguos. Se acercaban las Navidades...
** Este post sobre Argentina voy a dividirlo en dos entradas diferentes. Aún me quedan cosas muy interesantes que contar. To be continued...
Que lindo son los paisajes argentinos, deberian visitar Uruguay tambien esta lleno de lindos paisajes y panoramas espectaculares.
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