viernes, 13 de julio de 2012

Con todo el dolor de mi corazón...¡Adiós Burundi!



Hace unos 9 meses que empecé a escribir este blog contando mi aventura en Burundi. Mi sueño se hizo realidad y por fin pude hacer un lectorado. Nunca podré olvidar esta maravillosa experiencia africana. Aún recuerdo el día que me llamaron desde el Ministerio de Exteriores para decirme que había sido seleccionado para dar clases de español en la Universidad de Ngozi, casi no me lo creía. Fue allá por julio del año pasado, cuando estaba trabajando en Sicilia. Dicen que a la tercera va la vencida y así fue. De la emoción, tardé poco en ponerme las 40 mil vacunas allí mísmo, entre Cefalú y Palermo. Digamos que vacunándome ya no había marcha atrás, la decisión estaba tomada.

Esta experiencia en Burundi puedo compararla con mi año Erasmus en Francia en 2005 o mi intercambio de diez meses en México en 2008. Años completamente diferentes pero muy enriquecedores y especiales cada uno de ellos.

Hoy escribo mi última entrada del blog, algún día tenía que llegar el día de la despedida. En septiembre mi amigo Andrés Altuna cogerá el relevo y seguirá con las clases de español en Ngozi. Le deseo toda la suerte del mundo y sobretodo una feliz experiencia.

Quería dar las gracias a todas las personas que han creído en mí y que me han apoyado siempre para venir a Burundi. Era una oportunidad única que no podía rechazar; significaba ir a África y dar clases en la universidad por primera vez en mi vida. Sabía que tanto personal como profesionalmente iba a ser muy positiva, y así ha sido. Gracias también a todas las personas que me han ido siguiendo en el blog; espero que haya sido agradable e interesante de leer. Al menos he intentado expresar de la mejor manera posible todas las experiencias y anécdotas vividas estos meses en el corazón de África.

Miles de imágenes y buenos recuerdos me llevo en la maleta. En Burundi aprendí a valorar mucho más las cosas que tengo y que forman parte de mi vida, destacando a mi familia y a mis amigos con respecto a los sentimientos, es decir, el tiempo y la distancia a veces pueden llegar a ser duros cuando te separas de los tuyos. También la vida sencilla, sin consumismo, materialismo, estrés, etc. que nos invade en los países occidentales. En Burundi no siempre tuvimos electricidad y agua por ejemplo, así que había que tener siempre provisiones de agua en botellas, provisiones de velas o linternas. Y hablo de mi caso, que vivía en una casa preparada para los muzungu, para que no echáramos mucho en falta las comodidades de nuestros países, pero hay que decir que la mayoría de las familias burundesas hacen kilómetros todas las mañanas para ir a buscar agua y por supuesto, no tienen luz eléctrica, cuando cae el sol, todo el mundo enciende sus velas o directamente se van a dormir porque su día ha terminado.

Mi primera experiencia como profesor de español en la universidad fue bastante positiva. He aprendido mucho, ¡incluso de mi propia lengua! Al principio fue un poco duro porque no tenía nada preparado, todas las clases me las tuve que preparar al 100%  El lector anterior se fue antes de acabar su curso, así que no me dejó ninguna referencia. Para colmo, tuve que dar las horas que él no pudo acabar (200) más las mías (405) así que, para mi primer año creo que no está nada mal.

Los alumnos estaban volcados con mis clases, muy motivados, lo que hacía que yo también lo estuviera. El francés fue la herramienta que utilicé para poder enseñarles español porque es la lengua que ambas partes conocíamos. Poquito a poco fui dejando el francés para que al final sólo hablaran español. Espero que haya funcionado, al menos me encontré con buenos resultados. 

Con respecto a los viajes, a parte de conocer casi todo Burundi, tuve la oportunidad de ir a Uganda, donde hice mi primer safari, cumpliendo así otro sueño: ver jirafas, elefantes, leones, hipopótamos... En Tanzania estuve 3 semanas viajando por todo el país con mi amigo Josito. A parte de ver paisajes preciosos y de hacer excursiones inolvidables como la del Monte Meru con el loco Benjamin, nos pegamos una semanita en la isla de Zanzibar, paraíso de playas de arena blanca y agua cristalina. El otro país fue Ruanda, país gemelo de Burundi, también de paisajes increíbles y merecedor de ser visitado.

Para terminar, quería hablar un poquito de las personas que han significado algo para mí en estos meses por tierras burundesas:

- Brian: ha sido la persona que más he conocido. Aunque ya lo presenté hace unos meses, lo vuelvo a mencionar. Aparte de compartir casa, también éramos colegas en la universidad, así que pasamos mucho tiempo juntos. Es francés, de 35 años, profe de Derecho. Una bellísima persona. Siempre ha estado ahí cuando lo he necesitado, para lo bueno y para lo malo. Con él hice el viaje a Uganda a parte de otras pequeñas excursiones alrededor de Ngozi. Lo echaré bastante de menos, hasta pronto Monsieur Menelet.

- Amidou: igualmente, he hablado de él en entradas anteriores. En un principio fue mi alumno en las clases de español, después se convirtió en mi mejor amigo. Es burundés, tiene 26 años y acaba de presentar su memoria de fin de carrera, de la cual fui su director. Es la 1ª que se hace en español en la Universidad de Ngozi. Tanto para él como para mí fue todo un honor. Es una persona con un corazón enorme, un buen amigo. Espero que pronto pueda ir a España para perfeccionarse con el idioma. Gracias por todo Profesor Nshimirimana. 

Gaëtan: él es francés, de 26 años. Músico. Creo que era mi alma gemela en Burundi. El problema fue que él vivía en Gitega y yo en Ngozi, con lo cual no pudimos coincidir mucho tiempo juntos, pero cada vez que nos veíamos la liábamos. Él con su acordeón y yo con mi guitarra, echábamos unos buenos cantes y alegrábamos las fiestas. Tenemos como proyecto futuro juntarnos por Europa, sea donde sea, y formar nuestro grupo. ¡Nunca se sabe!

- Abbe Apollinaire: rector de la Universidad de Ngozi. Entre los 5 aspirantes que había al puesto de Ngozi, él confió en mí y se quedó con mi CV dándome así la oportunidad de vivir esta experiencia. Se ha portado conmigo estupendamente.


El resto de "actores" que han formado parte de mi "película burundesa" también merecen ser mencionados, y que me perdonen si me dejo a alguno en el tintero: Jean Pierre, Gentil, Grace, Cristian, Soulé, Kadafi, Prudence, Valentin, Diette, Augustin, Inge, Anne Claire, Abdoul, Trésor, Pascal, Tina, Bonet, Nicoletta, Mélanie, Nicolas, Delphine, Gael, Natsumi, Michaël, Omar, Enrique, Mathilde, Carol, Charlotte, Boundes, Youssouf, Sonia, Claire, Domitien, mis estudiantes, los trabajadores del restaurante Belvedere, la gente del videoclub Kadafi, Sengiyumva, Julien, Bosco,  Elsie, Natacha, Mélissa, Max, Pierre...


Como dice un proverbio burundés:


Ngiye jure y -amaso yanyu mugabo munzonguma hafi y-umutima.
Je vous quitte des yeux mais pas du coeur.

Os dejo con la vista, pero no con el corazón.
 








AMAHORO MUGENZI, AMAHORO BURUNDI!