Mwiriwe!!
20 días en Burundi. Soy un
afortunado de haber compartido este viaje con mi hermano Juanfra, compañero de
la facultad y amigo desde hace 20 años. El destino ha querido que desde hace
unos años compartamos muy buenos momentos, entre viajes y festivales de música.
¡Ahora tocaba un reto mayor!
Para mí es la tercera vez por
estas tierras. A pesar de ello, aún me sigue sorprendiendo experimentar lo que nuestros
ojos ven cada día. Juanfra alucinó con los paisajes y con el cariño de la gente.
El choque cultural es muy fuerte y quizás es eso lo que nos maravilla de estar
aquí.
Ambos formamos parte de la
Asociación Twenge. Irene, Andrés y Amidou son el resto del equipo. Este último
es el que da vida y continuidad a nuestro proyecto. Le di clases de español
allá por 2011 cuando fui lector en la Universidad de Ngozi. Ahora somos muy
buenos amigos.
Nuestro hermanito Amidou fue a
buscarnos al aeropuerto de Buyumbura. Nos dio mucha alegría volver a verlo. En
estos días hemos vuelto a Gatonde, nuestro querido pueblo batwa. Con muy
poquitos recursos, el año pasado pudimos llevar a cabo diferentes proyectos
como la creación de las tarjetas sanitarias o los baños comunitarios. Este año llegaron
otros como la fuente o el lavadero. Para acceder a esta zona de Gatonde hay que
bajar por un camino muy desnivelado y además cuando llega la temporada de lluvias,
es extremadamente peligroso por las posibles caídas o resbalones. Por ello,
otra de las novedades de este año fue transformar este acceso en una escalera
ecológica gracias a la superposición de neumáticos reciclados. El resultado ha
sido inmejorable.
Otros proyectos importantes que
hemos llevado a cabo este verano han sido la creación de un vivero (patata,
mandioca y berenjena) y la plantación de árboles frutales (maracuyá, tomate de
árbol y papaya) para abastecer a todo el poblado. Además, hemos vuelto a
repartir ropa para los más pequeños y hemos renovado las tarjetas sanitarias.
Durante una semana, Amidou no pudo
estar con nosotros, así que nos prestó su moto para que pudiéramos continuar yendo
al poblado de Gatonde. ¡Fue toda una aventura! Conducir un vehículo en Burundi
no tiene nada que ver con lo que acostumbramos a vivir en nuestro país. Allí
los códigos de circulación o las señales de tráfico brillan por su ausencia.
Digamos que los movimientos o incorporaciones a las calzadas se realizan según
la intuición, según la distancia o velocidad a la que se encuentra el vehículo
más próximo. En ausencia de Amidou, Francine fue nuestra compañera traductora para poder comunicarnos con nuestra familia batwa.
Estos viajes en moto provocaron a
Juanfra una pequeña infección en un ojo debido al polvo que se levantaba en el
camino. Por suerte, en el hospital pudieron tratarle el problema y a los pocos
días se le curó.
Quisimos incluir una pequeña
escapada a Ruanda en este viaje para que Juanfra conociera otro país. No estuvimos
ni 24 horas, pero mereció la pena. Pudimos ir al memorial del holocausto y
visitar los lugares más conocidos de Kigali. Amadou y Assia, amigos de Amidou, estuvieron
prácticamente todo el tiempo con nosotros. Dos ruandeses con un corazón enorme.
Hoy podemos decir que tenemos dos nuevos amigos, amigos de verdad.
La familia Twenge sigue creciendo. Estamos muy orgullosos de todos los proyectos que estamos llevando a cabo desde que nos configuramos como asociación. Es muy satisfactorio comprobar que con muy poco se puede hacer mucho.
Volveremos y seguiremos luchando por encontrarnos
con un mundo un poquito más justo.
Amahoro!
No hay comentarios:
Publicar un comentario