domingo, 7 de enero de 2024

Efharistó, Grecia!!

Efharistó (ευχαριστώ en griego) significa gracias. Así he querido empezar esta entrada, dando las gracias a un país que nos ha acogido con los brazos abiertos y donde estoy seguro que volveré tarde o temprano, al menos para conocer todo aquello que nos ha faltado por visitar. 

Como viene siendo ya una costumbre estos últimos años, la primera semana de enero me gusta aprovecharla para hacer algún viajecito. Esta vez el lugar iba a ser Grecia. La propuesta fue de mi gran amiga Eva, antigua compañera de piso en Granada. Marga, amiga de Eva, se uniría también al plan de recorrer el país cuna de nuestra civilización. 

Teatro de Dioniso
Obviamente en tan poco tiempo el porcentaje de lo visitable sería muy efímero, por ello intentamos elegir lo más representativo e imperdible del país heleno teniendo en cuenta que los días de ida y vuelta eran días perdidos, días de vuelos, escalas y poco más. En el primer vuelo, hicimos escala de varias horas en Malta, así que pudimos recorrer un poco sus calles, concretamente, las de La Valeta, capital de Malta. La ciudad amurallada se construyó en el siglo XVI en una península por la orden católica de los Caballeros de San Juan. 

Es famosa por sus museos, palacios e iglesias monumentales. Entre sus lugares de interés de estilo barroco destaca la concatedral de San Juan, cuyo interior opulento alberga una de las obras maestras de Caravaggio, La decapitación de San Juan Bautista. En este diminuto país descubrimos que la lengua oficial es, además del inglés, el maltés, un idioma que comparte raíces con el árabe.

El Partenón
Nuestra llegada al aeropuerto de Atenas fue de noche. Cogimos un taxi para llegar a nuestro hotel (Apollo Hotel). El taxista fue muy simpático con nosotros. No hablaba nada de inglés, así que se comunicaba con nosotros a través de su tablet con un traductor online. Desde ese momento nos picó la curiosidad de aprender algunas palabras en griego. Las que recuerdo bien son: kaliméra / Καλημέρα (buenos días), kalispéra / καλησπέρα (buenas tardes), kalíninkta / καλίνιγκτα (buenas noches), efcharistó / ευχαριστώ  (gracias) y parakaló / Παρακαλώ (de nada & por favor).

El martes 2 de enero nos levantamos temprano para aprovechar bien el día. La acrópolis nos estaba esperando a poco más de dos kilómetros del hotel. Por fin iba a conocer este conjunto monumental del siglo V a.C. que estudié en clases de Historia del Arte. Gracias a la profesora Maite aprendimos a conocer artistas, épocas, lugares, arquitecturas, pinturas y demás joyas del pasado. Aún recuerdo como nos transmitía su entusiasmo por el arte a través de sus viejas diapositivas. Solamente con la acrópolis y su Partenón o las columnas de las cariátides dedicó más de 3 sesiones.

Columnas de las Cariátides

La Acrópolis de Atenas es un sitio arqueológico de gran importancia histórica y cultural. Fue construida en el siglo V a.C. Es un símbolo emblemático de la civilización griega antigua y la democracia. Alberga monumentos destacados como el Partenón, que representa la excelencia arquitectónica y escultórica de la época. La Acrópolis también sirve como testimonio de la influencia de la cultura griega en el desarrollo de la arquitectura occidental. Su preservación y reconocimiento como Patrimonio Mundial de la UNESCO acentúan su relevancia en la comprensión de la herencia cultural global. Estando allí era inevitable cerrar los ojos y pensar que estabas por momentos en otra época.

Evzones
El día siguiente hicimos un free tour  recorriendo Atenas de una manera distinta, explorando diversos lugares significativos de la ciudad. Visitamos el Parlamento y la Plaza Sintagma, donde experimentamos la vida urbana. También el Barrio Monastiraki, sumergiéndonos en la historia y la cultura local. Nos maravillamos con el Templo de Zeus Olímpico y el Ágora, conectando con la antigüedad griega. Este recorrido nos proporcionó una visión completa de la rica herencia de Atenas y su papel crucial en la historia. Además, pudimos ver el cambio de Guardia de Atenas (una versión mediterránea del londinense). Al parecer, se viene realizando desde hace años en la mítica Plaza Syntagma, donde se encuentra ubicado el Parlamento Griego. La guía nos dijo que estos guardias eran llamados “choleas” pero parece ser que el nombre real es “evzones”.

La noche fue muy divertida en el restaurante Kotili. Además de disfrutar de una comida deliciosa pudimos presenciar un concierto de música griega durante más de 3 horas acompañado de bailarines. Estos mismos nos animaron a bailar con ellos y, por supuesto, lo hicimos. Después de unas cuantas copas de vino tinto la vergüenza pasó de largo. 

El jueves 4 de enero fuimos a recoger el coche que teníamos alquilado para el resto de los días por Grecia. La compañía era AVIS y el coche, un Citroën DS3 Puretech Man. Era muy cómodo de conducir y nos llevó a todos lados sin ningún tipo de problemas. Lo que no nos cuadró fue la autonomía. El depósito eran 55 litros y no conseguíamos hacer más de 600km. En estos momentos la gasolina estaba a 1,80€/L.

En primer lugar, fuimos a la península del Peloponeso. La primera parada la hicimos en el canal de Corinto: vía de agua artificial que une el golfo de Corinto con el mar Egeo por el istmo de Corinto. Era impresionante pensar que fuera construido a finales del s.XIX sin tener la maquinaria y avances en ingeniería que existen hoy en día. Este canal evita el rodeo de 400km alrededor de la península del Peloponeso. 

Canal de Corinto

La siguiente parada fue Micenas. Aquí se encuentra uno de los yacimientos arqueológicos más importantes del país. Cuenta con unos restos emblemáticos del pueblo micénico, como la célebre Puerta de los Leones, el Tesoro de Atreo y la máscara de oro de Agamenón. Lo que más me sorprendió fue el majestuoso Tesoro de Atreo, también conocido como Tumba de Agamenón, emblema del arte funerario de Micenas. Fue construida sobre el s.XIII a.C. Tiene la típica forma de “Tholos”, de cúpula.

El último lugar visitable del jueves fue la ciudad de Nauplia, conocida por sus fuertes costeros. Aquí nos dio tiempo a comer y a ver las vistas de la ciudad desde un castillo. Se nos hizo tarde, así que tuvimos que ir de vuelta a Atenas.

El viernes desayunamos temprano para ir a Delfos, lugar mitológico encaramado sobre una abrupta ladera del monte Parnaso. Lo consideraban el centro del universo. 

La parada obligatoria era en el Oráculo de Delfos, uno de los más famosos de la antigüedad. Su origen está envuelto en un halo de misterio y profecías.  Después tocó el turno del recinto y museo arqueológico. Más de 3 horas en total de impresionantes restos milenarios. Después de comer fuimos directamente a la ciudad de Meteora, lugar situado al noroeste del país. Teníamos reserva en una casita muy linda desde donde se podían apreciar las majestuosas montañas rocosas. La cena la tuvimos en un restaurante donde, al parecer, estaba permitido fumar. Fue como retroceder 10 o 15 años en el tiempo. Obviamente, ropa y cuerpo quedaron impregnados de humo. Sin comentarios...

Oráculo de Delfos

La mañana del día de Reyes salimos bien temprano hacia los monasterios. Creo que es, a día de hoy,  uno de los lugares que más me han impactado de todos los países que he podido conocer hasta ahora. Se dice que los monasterios están suspendidos en el aire. Actualmente quedan seis y son todos cristianos ortodoxos. Patrimonio Mundial de la Humanidad, fueron construidos sobre la cumbre de masas rocosas de piedra arenisca talladas por la erosión, a una altura de 600 metros y están habitados desde el siglo XIV. Desgraciadamente, en la 2ª Guerra Mundial, muchos monasterios sufrieron la ira alemana ya que la resistencia griega se refugió en ellos durante la invasión y ocupación nazi.

En la actualidad se mantienen en pie trece, pero sólo están ocupados y son visitables seis de ellos: Monasterio de San Nicolás, de Roussanou, Varlaam, del Gran Meteoro, de la Santísima Trinidad y de San Esteban.

La vuelta a Atenas fue casi 4 horas de coche. Creo que entre Meteora y Atenas pudimos haber pagado 7 u 8 diferentes peajes. ¡Impresionante!

Meteora
La noche la pasamos en Apartaments Tina, situado a menos de 10 kilómetros del aeropuerto. La misma madrugada del día 7, el personal de este alojamiento nos llevó bien tempranito a la terminal para coger nuestros vuelos de vuelta.



No quería terminar esta entrada sin mencionar la deliciosa gastronomía griega. Seguramente nos faltaron decenas de platos típicos griegos por probar, pero al menos pudimos saborear, al parecer, los más típicos: tzaziki, spanakópita, musaka, souvlaki, gyros y baklava. Bebida típica: ouzo (anís griego).  




τα λέμε σύντομα! (¡Hasta pronto!)

 

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